lunes, 7 de diciembre de 2015

Me ha pasado ya demasiadas veces por ser demasiado bueno:
El chico pierde a la chica por ser realmente quien es, un chico bueno.

Lo realmente triste es que la perdí y no dije nada al respecto, simplemente lo acepté y la dejé ir, como realmente ella quería, así que le desee lo mejor.

Ella se fue siendo lo que realmente siempre había querido.


Tú sabías perfectamente en lo que te estabas metiendo, te dije que era bueno, que podías confiar en mi y que daría lo máximo posible.

Te dejé hacer lo que querías, pensando que realmente lo harías bien, iba a estar cuando me necesitases, asegurándote que estaría en cualquier momento, que mataría monstruos por ti, incluso.

Pero vivimos en una generación en la que todo el mundo usa máscaras, sobrevivimos en un campo de batalla que es la vida romántica del siglo XXI.

Nos dedicamos a jugar a juegos en los que estar disponible solo pasa a veces y hacerse la difícil es lo más importante ¿Por qué? 

Pensaba que lo importante al fin y al cabo era sentar la cabeza. Me explico. ¿De qué te sirve un rollo rápido? Citas que no llevan a ningún lado, polvos de una noche, etc.

Te dije que era un chico bueno y para eso, un chico bueno como yo no te vale, si quieres eso, busca al que esté dispuesto a entrar en tu juego.

No desperdicies el tiempo y energía porque no vale de nada.

Algunas chicas dicen que los gilipollas son un desafío: los reforman, los entrenan para ser como realmente ella quieren pero... ¿y sí eres tú la que necesitas cambiar para ser alguien nuevo?

Vale, quizás pasaste por algo parecido a lo mío y por eso cambiaste, lo admito, pero no creo que otro imbécil a quien quieras cambiar lo solucione, lo dejará todo igual o incluso peor. ¿En serio piensas que serás la prioridad de ese imbécil?

Yo diría que no y me aventuro a decir que  acabarás siendo otra amargada con un corazón roto, negándote a reconocer que lo único satisfactorio que puedes conseguir es un romance de una noche.

Puedo estar de acuerdo en algún punto en que el idiota de una noche puede ser divertido, pero a fin de cuentas... ¿es algo más que un buen rato?... Seguramente, no.

El idiota puede tener algo divertido, no creo que seas tan tonta como para tener algo con él así porque sí, seguro que tiene algo, eso que dices "me mola", pero seguramente sea de la misma especie del que acabó hiriéndote la última vez.

Mientras tanto, ahí estás tú, alejándome, al chico bueno, que aún sin haberme ido del todo te dedicabas a empujarlo aún más lejos. 

Por contra de lo que puedas pensar, daba igual lo fuerte que empujaras, y es que el chico bueno no se rendía, ahí estaba, tirando en contra de cada empujón que dabas.

Mientras intentabas alejarme yo seguía ahí, haciéndote olvidar tus miedos y haciéndote creer. Me daba igual lo que querías, lo que realmente me importaba es qué necesitabas, y después de conseguirlo todo me dejaste, por el simple hecho de ser muy bueno. 

Te dí lo que querías, facilitándote la vida. Luego lo cogiste y te olvidaste de mi, por lo que salí herido.

De todas formas no importa, prefiero seguir quedándome bueno, aprendiendo que gente diferente acabaría aportándome cosas diferentes a la vida, tampoco voy a dejar que nadie cambia mi forma de ser. 

Así que te dejé ir y se hizo de noche, supongo que hay más peces en el mar, o eso dicen.

Me consuela el saber, o por lo menos quiero creer que alguien más está ahí afuera y no será tan tonta como tú. Alguna chica será capaz de valorar al chico bueno y no perderá ni un minuto.

Serás una Robin que se quedó sin su Ted Mosby, 

Quizás esté yo muy loco y todo haya pasado demasiado deprisa, pero pienso que los Ted Mosby como yo no pasan todos los días, me atrevería a decir que no pasan nunca.

Te quedaste sin tu corneta azul.

Pedro David Dato
Solfamidas