viernes, 1 de julio de 2011

A escote...

Últimamente mi vida está siendo muy ajetreada; unos problemas físicos me están provocando continuas visitas al médico a Murcia, y entre tanta ida y venida (siempre en autobús, ya que mi madre aún teniendo el carnet de conducir prefiere ir en bus) uno no para de encontrarse con numerosos individuos extraños, teniendo todos un punto fijo de reunión, la estación de autobuses.

Es la zona clave donde puedes observar a cada persona, e incluso desvariar sobre de donde viene, a donde va, o incluso a qué se dedica si es que tiene algún trabajo.

Analizando seriamente a cada persona puedes comprobar que cada uno es diferente al anterior, te encuentras con gente que piensas. ¡Joder, este tío tiene que molar, me iría de cañas con él! Y por otro lado piensas, vaya un chulo mierda, ya que se cayera mientras baja las escaleras del autobús.

Pero lo más curioso de cada persona es que cada uno tiene su vida, a cada uno le ocurren sus aventuras, todos tienen sus sentimientos y cada uno tiene sus expectativas e ilusiones, y eso es algo que no solemos tener en cuenta con frecuencia.
Solemos pensar que nuestros problemas son el fin del mundo, que cuanto nos pasa algo a nosotros mismos somos los más desagraciados del universo y realmente, lo único que somos, es unos grandes privilegiados.
Lo creamos o no, todos tenemos la misma naturaleza y somos alrededor de 7 mil millones de personas y cada una con millones de anécdotas que contar, hay que ver lo pequeño que se siente uno ante está cifra...
Y es que , verdaderamente, solemos anteponer nuestras necesidades y nuestros deseos a los del resto, como si fueran primordiales ante cualquier situación. Y me cueste pensarlo o no parece ser que esta es la opción que hemos elegido, en este mundo donde gobierna el egoísmo y el egocentrismo, lo de dar la mano y apoyarse unos en los otros es una moda que se inventó en esos años en los que todo el mundo iba hasta el culo de todo, ahora reina la ley del más fuerte, favoreciendo siempre la sumisión del mismo, es decir, del más bueno y como siempre.. el más tonto..

Pedro David Dato
Tonto de remate...


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