jueves, 15 de diciembre de 2011

Era de película

Todo era perfecto; los problemas brillaban por su ausencia, la felicidad era una pura constante. Cada noche, cada tarde, cada mañana, cada madrugada e incluso cada instante eran únicos, especiales diferentes, irrepetibles. Y sin darte cuenta y con apenas unos pequeños cambios, todo cambia.

El guión sigue siendo el mismo, salvo apenas alguna variación en el decorado, los directores de orquesta sigue cumpliendo su función de la misma forma y los actores continúan en su mayoría. ¿Pero qué pasa cuando estos no se ponen de acuerdo? ¿Qué ocurre cuando todo lo que tenía que pasar ya es pura historia?

La solución; que esas pequeñas variaciones cambian el guión por completo, los actores están en contra de seguir con la misma película, aparecen otros directores que les proporcionan más, otros guiones mejores y unos presupuestos que no se pueden comparar...

Algunos se decantan por estos cambios, otros, siguen fieles a sus principios: a no olvidar sus raíces,a no querer salir de donde tanto han disfrutado.
Sin olvidarme de aquellos que muy rara vez hacen pequeños cameos en los films de los anteriores directores cuando ya nadie los recordaba. Pero eso poco importa realmente, al principio la emoción es grande cuando se avisa con tiempo de que algún olvidado va a aparecer en escena, cuando vuelve se da cuenta de que todo es diferente, de lo mucho que ha cambiado todo, es un mundo en el que ya no tienen cabida.

¿Y qué hacer ahora en estos momentos? ¿Cual es la verdadera opción? ¿Cómo solucionar todo este gran interrogante?

Los más optimistas dicen que todo tiene solución, que se avecinan mejores tiempos, en los que todo es posible, otros sin embargo son más precavidos, prefieren esperar...

A fin de cuentas, todos sabemos que segundas partes nunca fueron buenas..

Pedro David Dato
Demasiado Peliculero...

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