Adiós 2011, ya no nos volveremos a ver más.
La verdad es que ha sido un honor conocerte, has pasado 365 días a mi lado. Te he visto nacer y te he visto morir, y lo más gracioso es que las condiciones eran las mismas, sentado en un sofá, viendo a Anne Igartiburu (lo siento guapa no sé como se escribe) y a José Mota pasando frío en la puerta del sol, esperando que esa maldita bola bajase haciendo el ding dong- ding dong.
Demasiadas cosas me has aportado este año, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre, me has dejado lágrimas y gozos, pasando por sacrificios, nuevas experiencias y momentos que pasarán siempre al recuerdo.
Me has hecho olvidar viejos fantasmas del pasado que me torturaban al igual que me has abierto nuevas puertas que espero que estén abiertas durante mucho tiempo.
Y por otro lado me has cambiado la vida con esto de la Universidad, al igual que me torturaste durante un curso académico con la dichosa selectividad.
Has sido un año duro en lo que a la economía se refiere, espero que tu sucesor 2012 se porte mejor, que se mejore la situación y volvamos a mejores tiempos. No es cuestión de uno o dos días, pero tienes todo un año para solucionarlo, yo confío en que sí, además tienes un día más que tu predecesor.
Me has dado la mayoría de edad, se supone que soy más maduro, hasta has visto como votaba y con v, porque botar también me has visto botar en más de alguna fiesta.
A pesar de todo has sido un gran año, mejor incluso que 2010, aunque es cierto que también han pasado momentos que es mejor que queden en el olvido, de todas formas, me quedaré con lo bueno.
En resumen que me has caído bien; tú 2012 también has empezado bien, pero aún nos estamos conociendo.
Te deseo 2011 que todo te vaya bien allá donde estés, me has marcado, espero que yo haya dejado algo de huella en ti. ¿Nos volveremos a encontrar? ¿Quién sabe?
Pedro David Dato
Hablándole al tiempo
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