Si, ya podemos decir oficialmente FELIZ NAVIDAD!
Seguro que estáis como yo, sin ver un duro de la lotería de navidad aunque realmente nos importa poco, han pasado ya dos días desde noche buena y ya estamos haciendo planes para ver que pasará en noche vieja, último día del año y empezarlo con una buena juerga dicen que es sinónimo de alegría.
Empecemos por noche buena: una noche familiar por excelencia, pero siempre un rato antes te las ingenias para salir a la calle en contra de lo que te diga tu madre, tu padre o quien sea; eso sí, tienes que estar en casa antes de las 8, ya que es indispensable el preparar algo, o en su defecto -hacer como si preparases-. El caso es hacer acto de presencia.
Te has desplazado tu al lugar de reunión familiar por excelencia, o en su defecto, es la tuya la anfitriona, y empieza el desfile, poco a poco.. va sonando el timbre, cada vez que te sientas: suena, inevitable. Pero en fin, que remedio alguien tiene que ir a abrir, eso sí, nadie se puede enfadar es navidad, están todos en casa y la armonía tiene que reinar sobre todas las cosas.
Así que empiezan los preparativos y la gente cada dos por tres está mirando el reloj; falta poco para las 9, llega el discurso del Rey ¡Qué nervios! ¡Qué tensión! ¿Hablará sobre la crisis? ¿Criticará a Zapatero? ¿Le mandará un beso a Belén Esteban? En resumen, las típicas preguntas que surgen en los minutos previos.
Y de repente, cuando todos estamos más desprevenidos ahí sale, la típica música y la misma imagen de todos los años en el fondo; y acto seguido todo esto termina y tras un redoble.. et voilà ahí lo tenemos Su Majestad!
Ciertamente, pensaba que el discurso del Rey siempre había sido en directo. Total, para una vez que sale en televisión por su cuenta a lo largo del año, pues podría ser en directo.
Pero resulta que no, que está grabado con anterioridad, de esta forma, todo el mundo está esperando a que termine de hablar el Rey para empezar a cenar, y mientras tanto, en la Casa Real, ellos ya han empezado con los percebes, angulas y toda clase de exquisiteces, mientras nosotros "esperamos con anhelo sus palabras".
Total, que empieza a salir el mandamás y en cuanto se escucha su buenas noches y después del estimados españoles, comienza la avalancha, el jaleo y el movimiento, todo el mundo desperdigado, la televisión puesta, el Rey hablando y nadie escuchando
Comienza el festival de aperitivos, comidas brutales, y un calorcillo hogareño del que no tienes ninguna gana de salir, de repente se escucha de fondo la voz de algún abuelo diciendo ¡Muy Bien! ésta es la señal inequívoca de que el discurso a terminado y por lo tanto la cena puede empezar a servirse.
Eso si, la televisión sigue encendida como no y empieza una disputa, una auténtica batalla civil entre el que ve (recalcó el ve) porque finalmente solo se ve, ya que son fechas para hablar, reír y estar en familia, no para estar viendo a los típicos borlas, haciendo el gamba por la caja tonta.
Así que se termina de cenar, acaba ese festival de carne asada, a la brasa o de cualquier tipo, todos con la barriga que no se puede más, y quejándose de todo lo que han comido cuando de repente: aparece una bandeja a lo lejos, ¡Si, son los postres!Y De repente, todo el mundo tiene garras de buitre,por lo tanto se inicia una batalla más fuerte todavía que la del mando. Aquí pierden los más lentos, alguien se quedará sin postre, dulce, o a fin de cuentas, algo bien rico.
Y ahora si, el final, todo el mundo con unas panzas de miedo, con lo que el comedor parece más una habitación de pre-mamás a un comedor de casa.
De repente, empiezan a desaparecer los platos y son sustituidos por copas las que prontamente son rellenadas por champán o sidra y tras un brindis por todos.
Comienza a amenizar la paz, en televisión reina Raphael, como no, el rey de noche buena con sus villancicos. Realmente las navidades no serían lo mismo sin su tamborilero, y mientras todo el mundo está embobado con el televisor empiezan a rular una nueva bandeja de dulces, todos mantenían en que todo estaba muy rico, si muy rico, que han comido como marqueses, pero la bandeja de los dulces no la sueltan ni de coña, hasta que finalmente solo quedan ese par de bombones que nadie quiere, y el típico envuelto debido a que alguien lo ha escupido porque no le gustaba.
Y tras muchas horas mirando el Reloj, comienzan las bajas, los tíos empiezan a desaparecer, ya que sus hijos quieren salir, los abuelos empiezan a estar cansados y el resto se queda mirando la tele sin nada que decir.
En resumen esta es la típica noche buena, por lo menos en mi familia, no sé sinceramente la diferencia que habrá con otras, pero en fin, con sus más y sus menos, supongo que todas serán igual.
Mientras todos se van, los más pequeños esperan a que venga Papá Noel, a darle sus regalos pero poco a poco, les va venciendo el sueño, hasta que los anfitriones se quedan solos, con montones de cosas que limpiar y ordenar y con las ganas justas de hacerlo.
Pedro David
Cantando Villancicos
Dedicado a Ana Tatas, que me dijo que le dedicará una entrada.. ahí queda
jajajaja has exagerao una miaja pero lo cierto es que has descrito la realidad. me ha molao lo del rey saludando a belen esteban, imagina que le hubiera dicho: oye! un abrizo!!!
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